domingo, 4 de diciembre de 2011

Cuento de Adviento


El Adviento es, según la tradición cristiana, un tiempo de preparación para el nacimiento de Cristo.


Del mismo modo, podríamos considerar el embarazo como nuestro particular " Adviento ".  Una oportunidad para  prepararnos, reflexionar, sanar y proporcionarle a esa personita  que habita en nuestro interior el mejor de los recibimientos. 

Me ha gustado este cuento porque, extrapolando su significado al mundo de la maternidad,  su esencia refleja la importancia de vivir un  "Embarazo- Adviento"  consciente y amoroso, así como una crianza respetuosa y empática que les proporciones a nuestros hijos las bases para convertirse en adultos felices.

 Espero que os guste tanto como a mí.

" Hace tiempo que un viajero en una de sus vueltas por el mundo, llegó a una tierra, le llamó la atención la belleza de sus arroyos que cruzaban los campos, los sembrados.....


Habiendo caminado ya un rato, se encontró con la casas del pueblo, sencillas coloridas y con puertas abiertas de par en par. ¡ No podía creerlo...él venía de un lugar muy distinto !.
Se fue acercando pero su sorpresa fue mayor cuando tres niños, hermanitos, salieron a recibirlo y lo invitaron a pasar. Los padres de los niños invitaron al viajero a quedarse con ellos unos días.


El viajero aprendió muchas cosas, por ejemplo a hornear el pan, trabajar la tierra, ordeñar las vacas.... , pero había una de la cual no podía descubrir el significado:


Cada día y, algunos días en varias ocasiones, el papá la mamá y los hermanos se acercaban a una mesita donde habían colocado las figuras de María y José, un burrito marrón y una vaca y despacito dejaban una pajita entre María y José.


Con el correr de los días el colchoncito de pajitas iba aumentando y se hacía más mullido.


Cuando le llegó al viajero el momento de partir , la familia le entregó un pan calientito y frutas para el camino, lo abrazaron y lo despidieron. Ya se iba cuando dándose la vuelta les dijo: Una cosa quisiera llevarme de este hermoso momento.


Por supuesto le contestaron ¿ Qué más podemos darte para el camino?


Y el viajero entonces preguntó- ¿ Por qué iban dejando esas pajitas a los pies de María y José?
Ellos sonrieron y el niño más pequeño respondió:


Cada vez que hacemos algo con amor, buscamos una pajita y la llevamos al pesebre. Y así vamos preparando para que cuando llegue el niño Jesús, María tenga un lugar para recostarlo. Si amamos poco, el colchón va a ser un colchón delgado y por lo mismo frio. Pero si amamos mucho, Jesús va a estar más cómodo y calentito.


El viajero parecía comprenderlo todo.Sintió ganas de quedarse con esa familia hasta la Nochebuena, pero una voz adentro suyo lo invitó a llevar por otros pueblos lo que había conocido tanto de nuevas labores, como de los corazones sencillos tan llenos de amor, como los de esa familia…… " 


( Autor desconocido )
Fuente: http://sites.google.com/site/mimundolasleyendas/

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