martes, 31 de diciembre de 2013

El útero: Extracto del Asalto al Hades ( Casilda Rodrigañez )

Fuente : www.mujerdespierta.es





( ...) Además de tejido muscular hace falta el deseo sexual y un determinado desarrollo de la sexualidad de la mujer; por eso no podemos conformarnos con el útero de los ginecólogos ni con la tecnología médica que consagra la maldición divina de parir con dolor. Porque ahí está la gran diferencia. El útero de una mujer que no ha sido sexualmente reprimida desde la infancia, funciona perfectamente, produciendo placer y no dolor; pero el útero de una mujer cuya sexualidad se ha paralizado desde niña, funciona de una manera patológica y con dolor.

(...)
Desde niñas nos dicen que la regla duele y los partos mucho más. La información que se da es que para dilatar el cuello del útero para que nazca un bebé, hacen falta unas contracciones muy fuertes, y que eso es inevitable que duela. Sin embargo, para Frederik Leboyer las llamadas contracciones de dilatación "inevitables" del parto son algo altamente patológico y no normal


¿Qué hace sufrir a la mujer que da a luz? ... la mujer sufre debido a las contracciones... unas contracciones que no acaban nunca y que hacen un daño atroz, ¡pero son calambres! todo lo contrario de las "contracciones adecuadas". Qué es un calambre? Una contracción que no cesa, que se crispa y se niega a soltar su presa y, por lo tanto, no "afloja su garra" para transformarse en su contrario: la relajación en la que normalmente desemboca. En otras palabras, lo que hasta ahora se había tomado por contracciones "adecuadas" eran contracciones altamente patológicas y de la peor calidad. ¡Qué sorpresa! ¡Qué revelación! ¡Qué revolución en ciernes!


El parto duele porque los músculos uterinos de las mujeres que crecen con el útero inmovilizado, no desarrollan la capacidad de distensión y la fuerza que debieran tener. Los músculos que no se usan se atrofian y se agarrotan; y viceversa, todo el mundo sabe los entrenamientos constantes y los ejercicios que hace cualquier deportista para desarrollar y mantener a punto su esqueleto muscular. Y también sabemos lo que duele extender un músculo rígido contracturado. Es el dolor que vulgarmente conocemos como "calambre", como dice Leboyer. Y calambres son las "contracciones de dilatación" que tanto hacen sufrir a las mujeres. Algo patológico, no normal. Porque parir, gracias a la represión de la sexualidad de la mujer, a la anulación de su sexualidad desde su infancia es, en efecto, como cavar una zanja con un brazo que hubiese permanecido inmovilizado durante toda la vida hasta ese momento, después de haber vivido sin saber que se tenía ese brazo ni para qué servía; o sea. Fuera de nuestra conciencia; un brazo cuyos músculos, en el momento de coger la azada para cavar, están rígidos y contracturados.


( ...)

Imaginemos lo que sería recuperar la elasticidad de un brazo de una persona adulta que hubiera permanecido inmovilizado toda su vida; imaginémoslo y desaparecerá la perplejidad que nos produce hoy el hecho de que se pueda parir sin dolor; es decir que un útero que no ha permanecido inmovilizado, pueda distender sus haces de fibras musculares y abrirse suavemente, sin contracciones patológicas. Lo mismísimo que todos los días estiramos los brazos suavemente y sin dolor.

(...)

Sabemos que la oxitocina que se inyecta en vena para provocar o acelerar un parto, es la misma hormona que segregamos durante la excitación sexual. Es decir, que la hormona que segregamos naturalmente cuando aparece el deseo sexual, es la que la Medicina utiliza como oxitócico para provocar las contracciones del útero; no han encontrado otra cosa; y la fabrican en laboratorios químicos. No tratan de impulsar o de desencadenar el deseo sexual: semejante cosa no tiene nada que ver con el parto, sería cosa de mujeres pecadoras y lascivas. Por eso lo inyectan a grandes dosis bombardeando al pobre útero y haciéndolo contraerse con espasmos violentos.

Por otra parte, la mujer que pare en el hospital está en las antípodas del abandono al deseo sexual: muerta de miedo, atada y desparratada encima de una mesa, rodeada de personal médico cuya proximidad no es por la vía de la intimidad personal sino del experto en tecnología médica que trata en el mejor de los casos como una enferma sujeta a su autoridad.Pero todavía hay más; la sexóloga y psicoanalista Marise de Choisy afirma que el orgasmo femenino auténtico no se ubica en el clítoris ni en la vagina.

Tiene su origen en el cuello del útero.Si el orgasmo femenino auténtico se origina en el cuello del útero, es porque sus fibras musculares, firmemente apretadas como decíamos antes, tienen que ir aflojándose, extendiéndose, relajándose, de oleada en oleada, cuando la mujer va a dar a luz, para abrir la puerta de salida del feto.Así podríamos decir que el dispositivo de cierre y apertura del cervix no es otra cosa que el proceso de excitación sexual y el orgasmo de la mujer. Puesto que, efectivamente no es el dolor; sino el placer, lo que hace rodar la rueda de la vida

Entonces el parto duele porque a la rigidez muscular se le suman la ignorancia – de lo que es un parto y de la propia sexualidad- y el miedo; ignorancia y miedo que no existirían si las mujeres desde niñas hubieran desarrollado y compartido las experiencias de su sexualidad; ignorancia y miedo que en las actuales condiciones bloquean el desarrollo de la excitación sexual de la mujer que va a dar a luz, y hacen que su cuerpo vaya en contra en lugar de a favor del proceso del parto.

Pongamos, por ejemplo, que todas las mujeres creyesen que todo coito es una violación dolorosa y que ignorasen que podía ser una actividad sexual placentera; también la ignorancia y el miedo produciría en la mujer una tensión incompatible con la producción del deseo sexual, y el coito sería efectivamente siempre doloroso. El resultado de la conjunción de esta ignorancia y de este miedo con la realidad de la rigidez del útero, deja atada y bien atada la ley de parir con dolor, la maldición divina

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Al adquirir la posición erecta, el plano de inclinación del útero de la especie humana, se hace casi vertical, quedando el orificio de salida hacia abajo, sometido a la fuerza de la gravedad. Esto requirió un aumento de la cantidad y de la calidad de las fibras musculares del cuello para cerrarse fuertemente y sujetar 9 u 11 Kg. De peso contra la fuerza de la gravedad; y al mismo tiempo, tener la capacidad de relajación hasta la apertura de los famosos 10 cm. de diámetro. Lo cuál a su vez implicó un perfeccionamiento del mecanismo que activa la apertura; el aumento de las terminaciones nerviosas, de las articulaciones neuromusculares, y en definitiva de la sensibilidad para aumentar el grado de excitación sexual y del movimiento de distensión y de relajación muscular.Por eso todo orgasmo femenino se ubica, al menos en su origen, en el cuello del útero. Porque el orgasmo fue un invento evolutivo para accionar el dispositivo de apertura del útero. Esta es la opinión contrastada con Juan Merelo Barberá.

El útero es el centro del esqueleto erógeno de la mujer. Filogenéticamente está preparado para funcionar produciendo placer y no dolor, lo mismo que está filogenéticamente previsto que el coito sea placentero. Lo que no está filogenéticamente previsto son las violaciones, es decir, las relaciones de Poder de nuestra sociedad que obliga a hacer funcionar el aparato reproductor de la mujer sin deseo y sin proceso de excitación sexual.

Como tampoco está previsto filogenéticamente, en el continuum de la especie humana, que una mujer se haga adulta sin desarrollar su sexualidad.Si pensamos un poco, nos daremos cuenta de que el orgasmo supone un estado de relajación total y de abandono de la actividad racional del neocortex, para que el hipotálamo o cerebro reptiliano como también se le conoce, del que depende la regulación hormonal, pueda realizar su contenido. Esto lo explica Michel Odent, que después de una larga experiencia de atender partos, ha observado que los partos son tanto más fáciles cuanto menos se perturbe y cuanto más se deje a la mujer abandonarse a sí misma en ese trance.


Por otra parte, el parto no es un acto sexual cualquiera: es un gran esfuerzo físico, un acto en el que se tiene que volcar toda la energía del cuerpo de la mujer; todos sus órganos tienen que hacer al unísono un esfuerzo especial: el corazón, los pulmones, etc.

Por eso, más que en ninguna otra actividad sexual, el parto y el nacimiento necesitan un especial apartamiento y un especial entorno psico-afectivo para la mujer, de un grado de recogimiento, de confianza y de intimidad tal, que haga posible que el neocortex deje de inhibir el hipotálamo.

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En zonas remotas de Arabia Saudí, la mujer que está de parto está rodeada de mujeres que bailan la danza del vientre, hipnotizándola con sus movimientos rítmicos ondulantes para que también ella se mueva a favor del cuerpo en lugar de moverse contra él.

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Cuando la mujer se excita sexualmente, el útero empieza a latir, como un corazón, pero un poco más lentamente; como una ameba que se contrae y se expande.

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La similitud entre el útero y el corazón también la establece Leboyer, pues ambos órganos están formados por tejido muscular y ambos laten; uno continuamente, el otro, con la excitación sexual; ambos tienen su ritmo, su pulso, y de él depende la eficacia de su fisiología; y ambos tienen un enemigo; el agarrotamiento y la crispación muscular, o sea, el calambre. Cuando las mujeres recuperamos un poco la conciencia y la sensibilidad del útero, podemos percibir y sentir su latido. Con cada latido el útero se extiende y desciende, como un movimiento ameboide, hasta hacerse incluso visible desde el exterior en estado de excitación fuerte.

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Este palpitar del útero son los movimientos rítmicos de su tejido muscular impulsado por la emoción erótica; lo que desde nuestra perspectiva patriarcal que ha eliminado el deseo de la función reproductora, hemos convertido en "contracciones". La emoción erótica hace palpitar el útero suavemente, de modo placentero y mucho más eficazmente que la oxitocina química inyectada en vena.

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Dejándonos llevar por la emoción erótica, las mujeres podemos, al igual que otras hembras mamíferas, "empujar" los músculos uterinos, en el momento de la diástole de su latido, ampliando su onda expansiva, moviéndonos a favor del cuerpo y del nacimiento en lugar de movernos contra él.

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Cuando el latido del útero se convierte en los espasmos violentos de nuestros partos

dolorosos, no solo los sufrimos nosotras, también la criatura los sufre. Por eso decía Reich que los úteros espásticos –explicitando que son la mayoría desde hace siglos- son los que producen nacimientos traumáticos.En definitiva, el nacimiento es un acto sexual que se realizaría con la máxima gratificación del placer para las criaturas humanas, si la sexualidad de la mujer que pare no estuviese destruida.El útero es hoy un gran desconocido.

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Recuperar la sensibilidad del útero es posible Cuando una niña llega a la adolescencia tiene el
útero tan rígido y contraído, que hasta la mínima apertura del cervix para la menstruación le produce fuerte dolor. Pero sabemos de jóvenes que tenían reglas muy dolorosas, que han dejado de tenerlas después de adquirir conciencia de su útero, visualizándolo, sintiéndolo y relajándolo. Tomar conciencia del útero, visualizarlo, sentirlo y relajarlo puede lograr mejores y más satisfactorios resultados que las saldevas.Para recuperar la sensibilidad uterina la primera cosa que hay que hacer es explicar a nuestras hijas desde pequeñas que tienen un útero, para qué sirve y cómo funciona. Explicarles que cuando se llenan de emoción y de amor, su útero palpita de placer. Tenemos que recuperar con ellas las verdaderas danzas del vientre, para que cuando lleguen a la adolescencia no tengan reglas dolorosas, sino que se sientan en ese estado especial de bienestar.Hay que recuperar la transmisión por vía oral de la verdadera sabiduría, de una sabiduría hecha de experiencia, complicidad y empatía visceral; es decir, una sabiduría gaiática, que se comunica por abajo, al margen de las relaciones de Autoridad, que fluye con la sinfonía de la vida, que se derrama con el deseo, que sabe sin saber que sabe prácticamente todo acerca de la condición femenina escondida en el Hades, y reconoce lo que es bueno y lo que es malo para la vida humana.

(...)

Las mujeres tenemos que contarnos muchas cosas. De mujer a mujer, de mujer a niña, de madre a hija, de vientre a vientre.

Casilda Rodrigañez

martes, 24 de diciembre de 2013

La Navidad Interior

Precioso texto de Laura Gutman, para reflexionar sobre el verdadero sentido de la Navidad y sobre cómo deberían ser todos los nacimientos. Momentos sagrados y de suma trascendencia, en los que cada bebé debería ser recibido de manera íntima y amorosa. Pero sobre todo, para reflexionar sobre la importancia de criar a nuestros hijos con amor y respeto hacia sus necesidades tanto físicas como emocionales. porque esta es la semilla para que lleguen a ser adultos empáticos y sensibles hacia las necesidades del prójimo.           

La Navidad Interior





Las Navidades se han convertido en una agotadora carrera de compras masivas de computadoras, teléfonos celulares, cámaras digitales, i-phone, i-pod, y algún que otro juguete de plástico entre tanta tecnología. Las principales invitadas a la fiesta son las tarjetas de crédito, que se desangran en su afán por llenar todos los vacíos existenciales. Comemos hasta el hartazgo, discutimos con qué parte de la familia pasaremos las fiestas, abrimos los regalos entre llantos de niños desbordados…y terminamos desahuciados después de la terrible maratón.


Más profundamente, cada mes de diciembre compartimos el ritual de recordar una vivencia sencilla y extraordinaria: la historia de una madre que atravesó su parto en medio de la naturaleza, entre sus cabras, sus asnos y sus bueyes, amparada por un hombre llamado José. Según algunos textos, José partió en busca de la partera pero cuando ésta llegó, Jesús ya había nacido. La mujer al mirar la escena exclamó: “Ese niño que apenas nacido ya toma el pecho de su madre, se convertirá en un hombre que juzgará según el Amor y no según la Ley”. Esa preciosa criatura fue recibida en una atmósfera sagrada, con el calor del establo y bajo el éxtasis de la mirada amorosa de su madre. Dos mil años más tarde aún estamos festejando el nacimiento de un niño en buenas condiciones y reverenciando el milagro de la vida.

 Pensándolo así, la Navidad debería ser la ocasión para rendir tributo a cada nuevo nacimiento de bebes cuidados y acariciados. Estos niños se convertirán en una generación de hombres y mujeres que traerán sabiduría y paz interior a los seres humanos. Por eso, decidamos si nos importa tanto seguir consumiendo frenéticamente alimentando la nada, o si es el momento de aportar algo de claridad, apoyo y cariño a cada mujer lista para parir, nutriendo el futuro.

Laura Gutman

sábado, 21 de diciembre de 2013

¡ Feliz Solticio de Invierno !



El solsticio de invierno señala el día más breve y la noche más larga del año. Muchas culturas celebran de manera especial  este momento de renacimiento,  a partir del cual la luz del sol comienza a aumentar de nuevo. 

En el antiguo Egipto, aproximadamente en el 5000 ac, se celebraba el nacimiento de Horus, el Rey Sol. Los Sumerios celebraban el nacimiento de Mitra y los romanos honraban a saturno 

Los celtas,  intimamente ligados a la naturaleza y sus ritmos, celebraban el solsticio de invierno con la llamada festividad de Yule. En ella renace de nuevo el dios sol fruto de la unión entre la Diosa Madre y el dios Bel en Beltane. El  nuevo dios crecerá y se convertirá de nuevo en consorte de la diosa, para fecundar a la tierra, muriendo de nuevo en samahin, con el fin de la cosecha y volviendo a renacer en Yule. Se ponen así de manifiesto los ciclos de la naturaleza y su perfección ,  el equilibrio entre luz y oscuridad, mostrándonos que,  tras cada  final o muerte ,  siempre hay un nuevo comienzo. El invierno no es tristeza o muerte, sino el  preludio de la primavera, del florecimiento de la vida en la tierra. 


miércoles, 18 de diciembre de 2013

El Nacimiento de Gael

Hoy mi hijo pequeño cumple tres años y, como en cada uno de los cumpleaños de mis hijos, son días de muchas emociones y sentimientos encontrados. La alegría de verles crecer, junto a la nostalgia de los momentos ya vividos, pero siempre mirando hacia delante y disfrutando de cada instante con intensidad .

Uno de los recuerdos más bonitos que tengo, aunque todos los son, es el de su nacimiento en casa. Fue mágico, intenso, salvaje y lleno de amor. Cada año, rescato de mi blog personal , el relato que escribí justo un año después de aquel día. Hoy quiero compartirlo por aquí también. Espero que os guste.

El Mágico Nacimiento de Gael





Dicen que la naturaleza es sabia y que los bebés, si les dejamos, eligen el momento adecuado para nacer. Así sucedió en  la  mágica  noche en que por fin pudimos abrazar a Gael.  En este año, he sido incapaz de escribir el relato de su nacimiento expresando la intensidad con la que lo viví. Hoy, víspera de su cumpleaños y a la luz de las mismas velas que alumbraron su llegada, espero saber transmitir todo lo que sentí aquella noche en la que mi segundo hijo llegó a casa, rodeado de su familia.

Llevábamos unos días bastante ajetreados. Teníamos que hacer los regalos para nuestros amigos invisibles, las galletas de navidad con nuestro círculo de mamitas, quedar con mucha gente que quería vernos antes de navidad y, como no, tener nuestro nido a punto para recibir a nuestro bebé. Para colmo, en esos días, a papá le salió un trabajo , a parte del que tenía, y pasaba el día entero fuera de casa.

Las ecografías habían dado una fecha de parto  diferente a la primera. Según esto, ya estaba de 40+1, pero yo estaba tranquila. Convencida de que Gael y yo estábamos profundamente conectados y de que él sabría cuando era el momento adecuado para iniciar el viaje hacia  nuestros brazos.

Ese día, Adrián y yo habíamos caminado de una punta a otra del pueblo buscando una cajita para decorarle a una amiga. Al día siguiente teníamos una comida en casa de otra amiga en la que nos íbamos a dar los regalos del amigo invisible .

La tarde la pasamos muy tranquilos, pintando nuestra cajita y preparando el resto de los regalos. Mambo, nuestro perro, estaba con nosotros, dentro de casa. Sin embargo se mostraba muy intranquilo, llorando y aullando todo el tiempo. Se avecinaba una tormenta y pensé que podría ser ese el motivo de su comportamiento, aunque no era habitual en él. Ahora sé que nos estaba anunciando la llegada de Gael. de algún modo, él lo percibió mucho antes que yo.

A eso de las 20:00 h, terminamos los regalos y llegó papá. Yo llevaba varios días sin apetito pero esa noche tenía un hambre canina. Cenamos y me fuí a acostar con Adrián que se durmió más rápido que nunca.

No había pasado ni un minuto desde que Adrián dormía, cuando sentí un fuerte golpe en mi interior, como si algo se rompiera. No fué doloroso, pero supe enseguida que Gael estaba en camino. A los pocos minutos comenzaron las contracciones, aún no muy dolorosas. Salva aún estaba en el salón, asi es que me levanté y le dije que Gael nacería esa noche. Pobre Salvi, precisamente el día en que más cansado estaba. Pero mi dulce marido, se limitó a preguntarme con una sonrisa emocionada, si avisábamos ya a Karen, nuestra matrona

A mí  no me apetecía llamarla aún. Quería disfrutar de esos momentos de intimidad un rato más. Nos pusimos a mirar uno vídeos e imágenes de humor en internet y las risas que nos echamos me vinieron genial. Al poco las contracciones eran ya mucho más dolorosas y regulares, pero aún muy espaciadas. Le pedí a mi marido que nos acostásemos un rato y permanecimos abrazados disfrutando de la emoción de los preciosos momentos que teníamos por delante y de que pronto veríamos a Gael.

No sé cuanto rato estuvimos así, creo que no mucho. Al poco comencé a sentirme mal, con ganas de ir al baño y con mucho frío . Ahí decidí que había llegado el momento de llamar a Karen y a Sofía, nuestra amiga y doula. El nacimiento de Adrián había sido extremadamente rápido y Karen nos había advertido de que la llamásemos a los primeros síntomas y nosotros, ya habíamos esperado demasiado.

Mientras esperábamos, Salva encendió las velas que nos habían regalado las maravillosas mujeres que me rodean, para acompañarnos en el parto. Yo me puse el collar que entre todas habíamos engarzado para la ocasión. Un collar hecho con una cuenta de cada una de esas mujeres tan especiales para mi.. Me  acomodé en el rincón de los juegos de Adrián, sobre la alfombra y al lado del árbol de navidad.   Sentada en la pelota de dilatación balanceándome. Las contracciones eran cada vez más fuertes y seguidas pero soportables. En cada una de ellas me dejaba llevar, sin oponerme al dolor,  fundiéndome con él y pensando que, cada contracción,  era una menos para ver a  Gael. Comenzó a invadirme una sensación como de embriaguez. No pensaba en nada, ni veía más que a mi marido y las velas de mis amigas enviándome su luz. Sentía el dolor de cada contracción,  pero no era un dolor desagradable, era un dolor que me estaba conduciendo a encontrarme con mi bebé. La sensación era de un profundo empoderamiento. .

Al poquito llegó Sofía, mi dulce amiga . Entró silenciosa ,discreta y me dió un abrazo tan lleno de amor y energía positiva que me inundó una maravillosa sensación de bienestar.

Minutos después llegó Karen, nuestra matrona, embarazada de 7 meses. En ese momento, salí durante unos segundos de mi "planeta parto" y  pensé en cuánta energía vital había allí concentrada. Yo pariendo, Karen embarazada, Sofía con su sonrisa y su positividad . Salva, mi dulce amor, con su mirada tranquilizadora y sus manos fuertes acariciándome y Adrián , mi  niño grande, durmiendo placidamente en la habitación de al lado.

Nada más ver a la matrona, las contracciones comenzaron a intensificarse y a acortar los intervalos. Gael y yo sabíamos  que ya podíamos dar a luz con tranquilidad. Karen, sin que yo apenas me diese cuenta, comprobó el latido de Gael, me tomó la tensión  y me dijo que todo marchaba perfectamente ,que faltaba muy poquito para ver a nuestro pequeño. Me prepararon un té de hojas de frambuesa pero no pude tomármelo.  Teníamos la piscina allí por si me apetecía dar a luz en el agua y la matrona, siempre tan atenta a mis deseos, preguntó si quería llenarla. Pero dado lo rápido que marchaba todo , decidimos que lo mejor sería llenar la bañera de casa.

Karen y sofía se fueron a tomar un té en la cocina, dejándonos a Salva y  a mi en la initmidad. Me sumergí en el agua calentita, dispuesta a relajarme y a aliviar un poquito el dolor que ya comenzaba a ser fuerte. Pero nada más entrar , una contracción que casi me hizo perder el conocimiento y que me cortó la respiración, me hizo salir del baño. Karen apareció inmediatamente, me arroparon y volvimos al salón. Volví a acomodarme sobre la pelota que era el lugar en el que menos me dolían las contracciones, pero ya no había manera de aliviar el dolor.

Empecé a sentir unas fuertes ganas de empujar y mucho calor. Me quité el albornoz que me cubría y me puse a cuatro patas, de rodillas, en cuclillas. Ya no sabía que postura adoptar y gritaba en cada contracción , no sé si de dolor o de esfuerzo. Me descubrí a mi misma emitiendo sonidos guturales sin vergüenza alguna, dando rienda suelta a la mujer salvaje que todas llevamos dentro y que tan escondida queda en la mayoría de los casos.

Me dolía mucho, sí, pero la sensación de estar realizando una tarea tan sagrada, como la de ayudar a mi hijo en su llegada a este mundo, lo superaba todo. Estaba embriagada , endorfinada y feliz porque sabía que le estaba dando a Gael el recibimiento que merecía. A ratos, miraba las velas de mis amigas y su luz me hacía sentir toda su energía acompañándome, dándome fuerzas.

Comencé a sentir una sensación de quemazón y le dije a Salva que ya  no podía más. me apretó la mano y me miró con infinita ternura, diciéndome que era una campeona. Sofia me sonrió dicendome : Si puedes. Noté cómo Gael se desplazaba por el canal del parto y como su cabecita coronaba. Karen me dijo que tocase mi vulva y allí estaba ya asomando la cabecita de Gael. Ya no quedaba nada, un último empujón y le tendría entre mis brazos. En la siguiente contracción empujé con todas mis fuerzas, gritando como una salvaje y de repente noté como algo resbalaba entre mis piernas. Gael ya estaba aquí, con su bolsa intacta, como si viniera envuelto en papel de regalo.  Inmediatemente Karen pasó a Gael entre mis piernas y me lo díó cubriendolo con una toalla.

No creo que haya en esta vida, ningún momento tan maravilloso como es el primer encuentro con un hijo. La sensación de amor y de felicidad es indescriptible.


Me entró mucho frío ,a si es que Salva subió de nuevo la calefacción y   me arropó con varias mantas en el sofá. Me tumbé con Gael sobre mi pecho, dejándole que buscase espontaneamente el pezón, pero al principio no pareció tener demasiado interés. Nos quedamos sintiéndonos, oliéndonos y reconociéndonos el uno al otro. En un ambiente de paz, amor y rodeados de las personas que habíamos elegido para ello. Ahora sí, me tomé ese  té de hojas de frambuesa , calentito, que me supo a gloria.

Permanecimos unidos por el cordón más de una hora, hasta que dejó de latir.  Su padre lo cortó. Me hubiese gustado tener cerca a Adrián pero me dió penita despertarle.

La placenta tardó casi tres horas en salir. Dicen que en los partos afloran tus temores más profundos y, si bien yo creía no  tener miedos, el tema de la placenta era lo único que me daba algo de respeto, pues una fase en la que se pueden dar complicaciones con más frecuencia ( no tiene porqué pero ahí quedó mi miedo oculto ). Creo que esa sombra fue la que hizo que resultase tan difícil su alumbramiento. Las contracciones fueron bastante dolorosas y tuve que empujar con la misma fuerza que durante el expulsivo. Sin embargo, cuando miraba  a Karen  y veía esa tranquilidad en su rostro, todos mis miedos se esfumaban. Por fin, en una de las contracciones, la placenta salió.

Karen se quedó con nosotros hasta que hubo comprobado que todo estaba bien. Gael no se separó de mi ni un momento y a eso de las 6 am nos fuimos  a la cama. Que sensación más rica, acostarme con mi bebé. Dormimos como angelitos papá, Gael y yo.

Al poco se despertó Adrián y vino corriendo a la habitación. Cuando vió A Gael se quedó un poco cortado y dijo que se iba a la otra habitación para no molestar. Mi niño.. ¿ Cómo iba a molestar  ? Si lo que más deseaba era tenerle cerca y compartir esos momentos con él. Nos quedamos los cuatro un buen rato disfrutándonos.

Sofía, se había quedado a dormir y andaba ya trasteando en la cocina , recogiendo y arreglando la casa. Teníamos mucha hambre y a mi me apetecía mucho un chocolatito con churros, así es que salva fue a compralos. ¡¡ Qué ricos me supieron !!

Karen me había recomendado 24 horas de reposo absoluto, por lo que ese día me quedé en la cama con Gael, los dos desnudos, piel con piel,disfrutando de su calorcito y viendo la lluvía caer en nuestro jardín.

Y así fue la llegada al mundo de Gael. Una experiencia sanadora que me ayudó a sacarme la espinita que me había quedado por no haberle dado a Adrián el recibimiento que merecía.

Doy gracias a la vida por haber podido experimentar un momento tan sublime. A mi niño mayor que abrió las puertas para que su hermano tuviese un nacimiento amoroso y respetado, tal y como debería de ser la llegada de cada bebé. Un momento mágico y sagrado. A mi marido por su amor, por su paciencia y por saber acompañarme y entenderme mejor que nadie. A Sofia por ser mi amiga , hermana y doula. A todas las mamitas de mi círculo y a mis vecinas por hacerme sentir tan acompañada y en familia . Y por las deliciosas comiditas caseras que me trajeron tras el parto. A Elena, Ramón y Adriana por venir a vernos y regalarnos su compañía y su cariño siempre.  A Inma por estar y animarme en momentos dificiles. A Karen por su dulzura e impecable trabajo. A Pablo y  Elena por su compañía. A Eli y Manolo por ser y estar ( y como no por la deliciosa cena que nos prepararon unos días antes ).   Y a todas las mujeres de asociaciones como Criar con el Corazón o el Parto es Nuestro que vía internet o telefónica, vivieron con nosotros el acontecimiento. Especialmente a Yolanda que estuvo pendiente toda la noche para poder colgar la llegada de Gael en en foro de ACC.

¡ Gracias a tod@s !

Con Amor, 

Jasmin









sábado, 30 de noviembre de 2013

El Dolor de la pérdida



 Cuando  pienso en el dolor que he sentido al perder a  seres queridos. En el duro golpe que  ha supuesto  para mi la pérdida de cada uno de ellos. En los  días y meses de tristeza , de recuerdos , de añoranza por el tiempo que compartimos y también por el que quedó por compartir. Por lo que dije o dejé de decir….
Cuando pienso en ello, pienso también en  el dolor que debe sentirse al vivir la muerte en primera persona, en el propio vientre.
Cuando esperas vida , cuando tus días son de color arcoíris y, de pronto,  se tornan tristes y oscuros , porque descubres que  no verás a  la personita que anidaba en tu interior . Que no habrá a quien darle esos  besos y abrazos que con tanto amor guardabas...
Cuando yo he perdido a un ser querido, he recibido apoyo y comprensión. Me he sentido protegida y cuidada. He llorado por la persona que se fue y he compartido largos ratos de charla con familia o amigos recordándola, sintiéndome muy reconfortada y acompañada en mi dolor.
Pienso entonces en las madres que pierden un bebé. Da igual de qué tiempo o tamaño. Si está o no formado.... Solo pienso en las ilusiones que esa madre, esa familia, habrán puesto en ese embarazo. En que desde el mismo momento en que descubres que estás embarazada ya te sientes madre. Orgullosa por albergar vida en tu interior.
Pero de repente, todo desaparece y da paso a un dolor desmedido. Un dolor que pocas madres se atreven a compartir por miedo a resultar ridículas porque “ estaba de muy poquito” o porque se sienten culpables del “fracaso” de su embarazo.  Comentarios como “ no te preocupes, aun eres joven”, “pronto tendrás otro “, calan muy hondo en el corazón de la mujer que ha sufrido una pérdida. El bebé que se ha ido es insustituible , de mismo modo que para mi lo son las personas que perdí.  La diferencia está en que yo sí puedo hablar de ellas. Las he despedido y ocupan un lugar en el mundo que me rodea. Pero…¿ y los niños del agua ? ¿ Qué lugar ocupan en una sociedad que mira hacia otro lado cuando se habla de aborto ? . ¿ quien, a parte de sus padres y/ o hermanos , les lloran ?.  ¿ Dónde figura que han existido ?.
Las familias que pasan por una pérdida gestacional no solo sufren por el bebé que no nacerá. Sufren también por no poder gritar a los cuatro vientos su dolor, por que sus hijos , que ocupan un lugar tan grande en sus corazones, no existen para la sociedad. Porque cuando logran reunir el valor para hablar de ellos, la mayoría de la gente cambia de tema o trata de banalizarlo.
  Honrar a esos bebés que solo vivieron en el mar amniótico. A los niños del agua que , en tan corto tiempo , nos hacen sentir mariposas en la barriga. Que nos convierten en sus madres, familiares o amigos de por vida y quedan para siempre en nuestros corazones.  Acompañar  a esas familias en su dolor, brindándoles un hombro sobre el que llorar, nuestra comprensión , nuestro silencio y la posibilidad de hablar, de recordar o de despedir a su bebé. En definitiva, dar a  las muertes gestacionales o perinatales, la misma importancia que damos  a las muertes fuera del vientre materno..... Esta es la gran asignatura pendiente que tenemos como sociedad y como personas.
Afortunadamente, poco a poco, van surgiendo rayitos de esperanza. Personas que luchan por normalizar y acompañar este duro proceso , desde el amor y el respeto .
Como suele decirse: Muchas gotas de agua forman un mar y, este mar , en el que nos han unido nuestros niños del agua, tiene una energía imparable.
Un abrazo desde el corazón
Jasmin Bunzendahl, 

Madre y Doula


Texto publicado originalmente en ninosdelagua.blogspot.com.es/

lunes, 25 de noviembre de 2013

La Violencia Obstétrica también es Violencia de Género





Se "celebra" hoy El " Día Internacional contra la Violencia de Género ", causa que por supuesto comparto y considero absolutamente necesaria, ya que son miles, las mujeres que a diario sufren abusos de todo tipo por parte de sus parejas u otras personas .

Todos tenemos en mente los golpes, el acoso sexual, la discriminación, el maltrato psicológico.. . Pero existe otra forma de violencia, menos visible y socialmente aceptada: La Violencia Obstétrica que es aquella que sufre la mujer, durante sus embarazos  y partos, por parte de los profesionales sanitarios que consideran estos procesos fisiológicos , como algo patológico y a la mujer incapaz de decidir sobre su propio cuerpo.

La Organización Mundial de la Salud tiene una serie de recomendaciones para los partos normales, es decir, la mayoría. Pero aún así, miles de mujeres sufren partos violentos y deshumanizados, en los que se incumplen claramente estas recomendaciones.

Tactos innecesarios durante los dias previos al parto o durante el mismo, Maniobra de Hamilton para ayudar a desencadenar el parto, inducciones y cesaréas innecesarias, muchas veces programadas, episiotomías de rutina, obligar a la mujer a parir tumbada, monitorizaciones continuas, inmovilización, la peligrosa maniobra de kristeller,  prohibición de ingerir alimentos o bebidas, falta de intimidad, malas respuestas o trato vejatorio,  infantilización de la mujer, separación madre-hijo, falta de empatía y de apoyo emocional. Son solo algunos ejemplos de la violencia que sufren muchas mujeres en un momento tan delicado e importante en el que, además somos sumamente sensibles. Cuántas mujeres quedan con secuelas, no sólo físicas, sino también emocionales por sentir sus derechos vulnerados y sus sentimientos ignorados  Parir requiere de un ambiente íntimo y de un trato amoroso, en el que se respete tanto nuestra fisiología, como nuestros deseos y decisiones.

No puedo olvidarme de las madres que sufren la pérdida de sus bebés. Muchas son sometidas a legrados innecesarios. Otras son "convencidas " para interrumpir sus embarazos si sus bebés presentan malformaciones incompatibles con la vida ,cuando se podria seguir un tratamiento expectante, si la mujer así lo desea. Muchas deben parir a sus hijos muertos o estos mueren durante el parto o a las pocas horas. . Otras  no tienen posibilidad de despedirse de su bebé o este es tratado como deshecho quirúrgico.  Algunas son alojadas junto a mujeres que tienen a sus bebés en brazos, mientras ellas jamás tendrán al suyo. En momentos tan dolorosos, demasiadas mujeres no son tratadas con la sensibilidad que necesitan y merecen No son comprendidas, se ignora su dolor, se las trata de consolar con frases que minimizan su  terrible pérdida y sus hijos ni siquiera son reconocidos como tales. Ellas también sufren violencia .

La violencia obstétrica en todas sus manifestaciones, existe. Por mucho que queramos invisibilizarla y normalizarla, por mucho que nos digan que es por nuestro bien . Aunque traten de convecernos de que  nos ha salvado la vida a nosotras o a nuestro bebé, de un problema causado, en muchos casos, por un exceso de intervencionismo . No, la violencia obstétrica no es normal y no debemos permitirla.

Afortunadamente, cada vez más mujeres acuden a parir informadas y más centros sanitarios trabajan en ofrecer una atención al parto más humanizada. Algo está cambiando, lentamente, pero sin pausa. Se está dando una revolución imparable, la de las mujeres que claman por recibir a sus hijos con amor y respeto. La de profesionales concienciados con la necesidad de ofrecer un trato digno y acorde con las necesidades de la madre y su bebé.

Para ell@s , mi admiración y respeto

Jasmín 

jueves, 21 de noviembre de 2013

Patriarcado, represión sexual y partos dolorosos: Laura Gutman

Estamos tan alejadas de nuestros instintos, hemos perdido de tal manera la confianza en nuestros cuerpos y tememos tanto al dolor,  que no permitimos a nuestros cuerpos flluir y abrirse libremente. Solo cuándo volvamos a tomar conciencia de nuestro poder, de la existencia de nuestro útero, de nuestra capacidad para sentir placer sin avergonzrnos, los partos volveran a ser libres y salvajemente placenteros.

Laura Gutman , siempre tan acertada, explica en este texto cómo siglos de patriarcado, represión y sumisión nos han alejado de nuestra esencia femenina haciéndonos los partos más dificiles y dolorosos



Patriarcado, represión sexual y partos dolorosos

Las mujeres llevamos varios siglos de historia sumidas en la represión sexual. Esto significa que hemos considerado al cuerpo como bajo e impúdico, a las pulsiones sexuales malignas y a la totalidad de las sensaciones corporales, indeseables. ¿En qué momento aprendemos que no hay lugar para el cuerpo ni el placer? En el mismísimo momento del nacimiento. Segundos después de nacer, ya dejamos de ser tocados. Perdemos el contacto que era continuo en el paraíso uterino. Nacemos de madres reprimidas por generaciones y generaciones de mujeres aún más reprimidas, rígidas, congeladas, duras, paralizadas y temerosas de acariciar. Entonces el instinto materno se deteriora, se pierde, se desdibuja.

En este contexto, las mujeres con siglos de Patriarcado encima, alejadas de nuestra sintonía interior, no queremos parir. Es lógico, ya que nuestros úteros están rígidos y así duelen. Nuestro vientre está acorazado y nuestros brazos se defienden. No hemos sido abrazadas ni acunadas por nuestras madres, porque ellas no han sido acunadas por nuestras abuelas y así por generaciones y generaciones de mujeres que han perdido todo vestigio de blandura femenina. Por eso cuando llega el momento de parir nos duele el cuerpo entero por la inflexibilidad, el sometimiento, la falta de ritmo y de caricias. Odiamos desde tiempos remotos nuestro cuerpo que sangra, que cambia, que ovula, que se mancha y que es inmanejable.

Es importante tener en cuenta que además del sometimiento y la represión sexual histórica, las mujeres parimos en cautiverio. Desde hace un siglo -a medida que las mujeres hemos ingresado en el mercado de trabajo, en las universidades y en todos los circuitos de intercambio público- hemos cedido el último bastión del poder femenino: el parto. Ya no nos queda ni ese pequeño rincón de sabiduría ancestral femenina. Se acabó. No hay más escena de parto. Ahora hay tecnología. Máquinas. Hombres. Tiempos programados. Drogas. Pinchaduras. Ataduras. Rasurados. Torturas. Silencio. Amenazas. Resultados. Miradas invasivas. Y miedo, claro. Vuelve a aparecer el miedo en el único refugio que durante siglos permaneció restringido a los varones. Resulta que hasta esa cueva íntima, hemos abandonado. Haber entregado los partos fue como vender el alma femenina al diablo. Ahora nos toca a las mujeres hacer algo al respecto, si nos interesa recuperar el placer orgásmico de los partos y si asumimos el poder que podemos desplegar en la medida que los partos vuelvan a ser nuestros.

Laura Gutman

sábado, 22 de junio de 2013

¡ Feliz Solsticio !



Litha es el nombre con el que los antiguos celtas designaban a la fiesta del solsticio de verano. En esta fecha el Sol está en su máximo esplendor, es el día más largo del año que indica el inicio del proceso de disminución de las horas de luz y el camino hacia el invierno.

Mitológicamente la Diosa queda embarazada del Dios y en su vientre lleva una vida nueva. Se considera este día como el de la Diosa en medio del periodo que corresponde al Dios, celebrándose que tanto la Diosa como Madre y el Dios como Padre están en su momento más glorioso, pues la naturaleza está al máximo de su plenitud.

Según la tradición es una época en que es sumamente fácil comunicarse con las hadas y los espíritus de la naturaleza. Por ello, el festival de Litha es adecuado para celebrar al Sol con hogueras, bailes , cantos y llevar a cabo ritos de fertilidad

Más información : http://aprendiendodeadrian.blogspot.com.es/2013/06/solsticio-de-verano-litha.html

viernes, 21 de junio de 2013

Para parir con placer...

 
"Para parir con placer, hemos de empezar por explicar a nuestras hijas que tienen útero, que cuando se llenan de emoción y de amor, palpita con placer. Hemos de re-conquistar nuestros cuerpos y re-aprender a mecer nuestro útero, a conectar sus inervaciones voluntarias con las involuntarias; sentir su latido y acompasarlo con todo nuestro cuerpo...Las mujeres tenemos que contarnos muchas cosas. De mujer a mujer, de mujer a niña, de madre a hija, de vientre a vientre..."

Casilda Rodrigañez


Ilustración: Gioia Albano

viernes, 7 de junio de 2013

Nacer con dignidad, cuestión de derechos humanos



Bajo este lema celebramos hoy el 14 Día de los Derechos del Nacimiento. Un día para concienciar a la sociedad sobre la importancia de recibir a nuestros hijos con amor y respeto, ya que de la bienvenida que reciban dependerá, en gran medida, su percepción del mundo.

La Plataforma Pro-Derechos del Nacimiento lleva años trabajando para promover un  parto-nacimiento  humanizado, favorecer el vínculo madre-hijo y defender el derecho del recién nacido a tener el mejor de los recibimientos. Además ha elaborado un decálogo, que resume a la perfección los principios fundamentales a aplicar en un momento tan crucial como el nacimiento.

10 Derechos del Nacimiento

Primero: El bebé tiene derecho al reconocimiento de su capacidad física y emocional, en su vida intrauterina y extrauterina y, especialmente, durante el tránsito entre ambas.

Segundo: El bebé intraútero tiene derecho a que el bienestar emocional de su madre no sea alterado por un exceso y abuso de controles durante la gestación.

Tercero: El bebé y su madre tienen derecho a que se respeten el momento, ritmo, ambiente y compañía en el parto-nacimiento y a que el mismo transcurra de forma fisiológica. Un bebé y madre sanos tienen derecho a no ser tratados como enfermos.

Cuarto: El bebé y su madre tienen derecho a intimidad y respeto antes, durante y después del nacimiento-parto.

Quinto: El bebé y su madre tienen derecho a permanecer juntos en las horas y días siguientes al nacimiento. Ninguna exploración ni estancia hospitalaria justifica la separación de ambos.

Sexto: El bebé tiene derecho a disfrutar de lactancia materna a demanda, al menos, durante el primer año. A que durante su estancia en hospital se respeten los “10 pasos para una lactancia feliz” establecidos por UNICEF y la OMS y recomendados por la Asociación Española de Pediatría.
Séptimo: El bebé tiene derecho a ser atendido personalmente por su madre, como mínimo, durante el primer año. La madre tiene derecho a disfrutar del contacto íntimo con su bebé cuanto crea necesario.

Octavo: El bebé prematuro tiene derecho a permanecer pegado al cuerpo de su madre hasta que adquiera el peso y las condiciones optimas de salud. Ninguna unidad de neonatología es más saludable para el bebé que la piel materna.

Noveno: El bebé tiene derecho a permanecer pegado al cuerpo de su madre durante los primeros meses de vida extrauterina. El contacto cuerpo a cuerpo es vital para instaurar en el la seguridad y la confianza.

Décimo: El bebé tiene derecho a que sean sus padres quienes personalmente tomen las decisiones y quienes para ello busquen la información relacionada con su bienestar

sábado, 1 de junio de 2013

Reflexiones sobre el Parto Respetado

Con motivo de la celebración de la Semana Mundial del Parto Respetado, tuve el honor de que desde Crianza Natural, me invitasen a escribir sobre el tema para su página de Facebook. Os dejo aquí el texto. Un abrazo y buen fin de semana



Reflexiones sobre el Parto Respetado

www.amandagreavette.com

Cuándo alguien me pregunta qué es para mi el Parto respetado, siempre respondo lo mismo: Es el Parto que cada mujer, según sus deseos y circunstancias, quiera tener. No se trata de cumplir unos patrones determinados, ni tiene porqué ser un parto en casa o sin analgesia . Lo esencial es que la mujer tenga información seria y fiable , que sea la protagonista de su parto, que se sienta segura, empoderada y con capacidad de decidir lo mejor para ella y su hijo . Claro está, que hay prácticas que, por muy decidida que la mujer esté, quedan fuera de lugar . Ante todo debe primar seguridad y la salud de la madre y el bebé.

Para Tener un parto respetado es esencial una buena preparación durante el embarazo o incluso antes. Las mujeres, hemos perdido, en la actualidad, gran parte de la sabiduría ancestral sobre nuestra fisiología y sexualidad. El embarazo y el parto han pasado de ser un proceso íntimo y familiar a delegarse en instituciones sanitarias, a veces con excesivo control e instrumentalización. Esto hace que, algunas mujeres, vivan un proceso tan natural como algo patológico. Por eso, el primer paso sería recuperar la confianza en nuestros cuerpos y convencernos de que fisiológicamente estamos diseñadas para albergar vida y dar a luz. Millones de años de evolución lo avalan.

El estado psico emocional con el que llegamos al momento del parto es fundamental. El miedo, la inseguridad, el estrés, el ruido, una luz intensa, una mala palabra, o un mal acompañamiento , pueden llegar a afectar el coctel hormonal necesario para que el proceso se dé con naturalidad. Es por tanto imprescindible, que la mujer comience su preparación emocional durante el embarazo, trabajando sus dudas o inquietudes, descubriendo su potencial y decidiendo cómo quiere que sea su parto, de manera que, llegado el momento, su única ocupación sea desconectar del mundo racional para conectar con la parte mamífera e instintiva que todas llevamos dentro y que nos permite dar a luz a nuestras crías.

No quiero decir con todo esto que haya que dar a luz sin control sanitario. Pero si dejar a un lado las prácticas que científicamente se han demostrado contraproducentes, la excesiva medicalización e intervencionismo y promover partos fisiológicos en los que la mujer tenga libertad de movimientos, de elegir postura , analgesia, acompañante y que transcurran en un ambiente íntimo y con respeto a sus tiempos biológicos . Todo ello sin tener que renunciar a los avances científico-tecnológicos que , en un momento dado, puedan ser necesarios o requeridos por la mujer.

Tan importante como el parto, es el Postparto Respetado. El modo en que nacemos y somos recibidos, puede marcarnos de por vida. Imaginemos que llegamos a cualquier reunión o evento y nos tratan mal. ¿ Qué impresión tendremos del lugar y de las personas ¿. Lo mismo sucede con el recién nacido. Demos pues a nuestros hijos, la mejor de las bienvenidas de manera, que su primera impresión del mundo, sea amorosa y satisfactoria.

Teniendo en cuenta que el bebé viene de un entorno en el que ha estado nueve meses acompañado, alimentado y protegido, su principal necesidad será la de reproducir , en la medida de lo posible, las condiciones intrauterinas, lo que se conoce como exterogestación: contacto piel con piel el mayor tiempo posible, lactancia a demanda, oir los latidos del corazón de mamá , olerla y sentirla . Multitud de estudios demuestran los beneficios de estas prácticas a nivel neurofisiológico y emocional, tanto para la madre como para el bebé, que se hacen aún más necesarias en el caso de bebés prematuros , nacidos por cesárea o en partos traumáticos.


 No quisiera terminar estas reflexiones, sin hablar de la importancia de tener un parto respetado en el caso de sufrir una pérdida gestacional. Si ya de por si una madre con su hijo en brazos, puede quedar traumatizada por un “mal parto “, no puedo ni imaginarme lo que debe sufrir una mujer que , además de perder a su hijo, tenga que pasar por un sinfín de intervenciones innecesarias y poco respetuosas con su fisiología y sus emociones. En estos casos, es imprescindible que la mujer sea informada de todas las opciones disponibles y dejarle su tiempo para asimilar y reflexionar sobre tan trágico acontecimiento, antes de tomar una decisión . Debemos acompañar desde el cariño y el respeto, sin juicios , ni opiniones. No olvidemos que esa mujer, sea cual sea su decisión o el tiempo de gestación, ya se sentía madre, su cuerpo se estaba preparando física y mentalmente para serlo, y va a tener que atravesar no solo un parto o intervención, sino un puerperio, con todas sus hormonas y emociones a flor de piel, pero sin la alegría de tener a su bebé en brazos. Por tanto, debemos respetar también estos momentos proporcionándole a la familia el apoyo, la comprensión y el entorno adecuados para que el proceso sea lo menos traumático posible y puedan despedir a su bebé en la intimidad , durante todo el tiempo que necesiten.

Afortunadamente, cada vez más mujeres demandan ser las dueñas y protagonistas absolutas de sus partos. Cada vez más medios de comunicación se hacen eco de estas demandas y más profesionales e instituciones nos escuchan y trabajan porque esto se convierta en una realidad a nivel global. Quién sabe, quizás dentro de algunos años ya no tenga sentido celebrar la Semana Mundial del Parto Respetado, tal y como lo hacemos ahora, a modo de reivindicación. Algo grande ha comenzado a moverse y las mujeres pedimos a gritos un cambio que ya se está produciendo. Yo no pierdo la esperanza de que así sea.

Jasmin Bunzendahl: Licenciada en Ciencias Biológicas, Doula y Asesora de Lactancia. Coordinadora de grupos de apoyo a la lactancia y crianza desde 2007. Miembro de El Parto es Nuestro, Asociación Española de Doulas y cofundadora de Junto a tu Doula.
Madre de Adrián nacido en parto hospitalario en 2006 y Gael nacido en casa en 2010.

jueves, 23 de mayo de 2013

Disfruta tu Maternidad ( Taller para embarazadas trabajadoras )







El embarazo es una etapa mágica y llena de ilusiones. Sin embargo, muchas veces, debido a las prisas, el estrés o la escasez de tiempo,  las madres trabajadoras no lo disfrutamos tanto como nos gustaría.
Si deseas vivir un embarazo feliz y en armonÍa con tu bebé, te invitamos a acompañarnos en este taller especialmente concebido para ti, madre trabajadora. En él, de la mano de distintas profesionales de la maternidad , te proporcionaremos los conocimientos y recursos necesarios para vivir el embarazo que tu bebé y tú merecéis.  
Si te decides a acompañarnos, este será nuestro temario:
 Embarazo : 
El vínculo mamá-bebé
Visualización creativa, conectando con tu bebé
Consejos prácticos sobre cuidados posturales, alimentación e higienismo
Nosotras, nuestras emociones y el bebé
 Parto y posparto : 
Las emociones, las hormonas y el parto. 
Desconectar para conectar ( el cerebro instintivo )
El dolor en el parto y su función. Métodos de control
Posturas, respiración, relajación y ejercicios de movilización
El postparto inmediato: Los inicios de la lactancia y los beneficios del piel con piel  

Es posible vivir un embarazo relajado, feliz y pleno, en conexión con tu bebé
  ¡ Trabaja tu maternidad ¡
Imparten: 
Teresa Muñoz : Comadrona desde 1972, ha pertenecido a la asociación “Nacer en Casa” atendiendo multitud de partos en casa y en hospital y atención en primaria
Inmaculada Romero: Doula, Auxiliar de puericultura,  monitora de masaje infantil por AEMI, facilitadora de canto prenatal . Madre de cuatro hijos
Jasmin Bunzendahl: Licenciada en Ciencias Biológicas, Doula , Asesora de lactancia y experta en Nutrición.  Madre de dos hijos  y coordinadora de grupos de apoyo a la maternidad y crianza desde 2007. 
FECHA: 21 de Junio de 2013 
HORARIO: 16:00 – 21:00 
LUGAR: Centro Empresarial Sinergia. C/ Manuel Mollor, local 

IINFORMACIÓN E NSCRIPCIONES:  951 704 950 / info@cnsinergia.com

lunes, 20 de mayo de 2013

Semana Mundial del Parto Respetado 2013



Comienza la Semana Mundial del Parto Respetado, cuyo lema este año es : " Por favor, no molesten!... estamos de parto " . Durante estos días diversas asociaciones e instituciones llevarán a cabo diversas actividades relacionadas con el tema. Desde Junto a tu Doula, nos sumamos a esta celebración y os iremos informando de las diferentes propuestas , así como publicando información de interés sobre el Parto respetado.

Las bellas imágenes de parto son de la artista Amanda Greavette.

La imagen con el lema de la campaña es gentileza de www.educer.es, en cuya página podeis encontrarla para descargarla

martes, 14 de mayo de 2013

Blessing Way o Bendición del Camino: Honrando a la futura madre





Erase una vez una reina, que no tenía ni corona, ni cetro y no había tenido nunca ni siquiera un reino. Pero esta reina era especial: tenía unos ojos profundos llenos de amor, los labios entreabiertos listos para depositar caricias de sonidos y las manos dispuestas a donar cariño y dar consuelo. Sus pechos eran promesas de leche y mimos. Su vientre era hermoso, grande, radiante como el sol en el cielo. En ella, en realidad, se estaba cumpliendo el gran proceso de amor que transformaría una “gota de Luna”en su amada criatura. Para honrarla a ella y a su pequeño tesoro las mujeres cercanas a ella decidieron honorarla con una fiesta: el hada del bosque usó el preciado hilo de araña para tejerla un vestido cálido y ligero; la pequeña ciempiés, con amoroso cuidado, le peinó su cabellera real… Entre masajes y caricias, té y dulces, este círculo de mujeres concentró la energía necesaria para hacer un regalo de amor a esta reina, el cual podía ser utilizado en el maravilloso momento de su parto».

( Cuento tomado del Blog de Sarai Llamas )
 

  El Blessing way o Bendición del Camino es una celebración, en la cual se reúnen las mujeres más cercanas , para honrar a la a la futura madre, ofreciéndole su apoyo y cuidados tanto físicos como emocionales. Se crea así una red de apoyo entre mujeres para acompañar a la mujer en su tránsito hacia la maternidad.

 El objetivo de esta ceremonia no son los regalos, si no que se trata de una celebración más espiritual, en un ambiente relajado, en el que se  realizan una serie de rituales destinados a mimar a la futura madre. Se crea un círculo de mujeres, en el que estas comparten sus experiencias positivas con respecto al parto o la maternidad, resaltándose la trascendencia y la transformación de la mujer que va a convertirse en madre. La embarazada puede también expresar sus dudas o temores en un entorno íntimo y amoroso.

La celebración tiene su origen en las ceremonias rituales  de los indios navajo , celebradas cuando un joven iba marchar a la guerra, una muchacha menstruaba por primera vez o una mujer estaba a punto de dar a luz.

En el caso de las embarazadas o jóvenes en su primera luna , ha sido una ceremonia realizada en un entorno femenino, sin la participación masculina, sin embargo, en la actualidad muchas mujeres desean recuperar esta tradición ancestral adaptándola a los nuevos tiempos y rodeándose de las mujeres de su entorno y /o de sus parejas e hijos.

Normalmente la celebración se hace en las últimas semanas de embarazo, pero también puede realizarse como ritual de bienvenida al bebé y a la mujer como nueva madre.

  Son muchas las actividades que se pueden llevar a cabo en una celebración de Blessing way : realización de un molde de tu barriga, masajes, relajación, visualización, pintura de barriga, danzas y cantos .....

Si deseas vivir el transito a tu maternidad con una de estas celebraciones puedo ayudarte a organizarlo sugiriéndote ideas o actividades a realizar siempre de acuerdo a tus deseos y necesidades. Me desplazo a tu hogar o al sitio que elijas. También te acompaño en la celebración de tu Primera Luna o tu Camino a la Madurez .

Puedes contactarme en juntoatudoula@gmail.com o llamando al 651 56 38 36





Video de http://shaktiyoguini.wix.com/celebracionesdematernidad#!

lunes, 13 de mayo de 2013

La masificación de embarazos y partos ( Laura Gutman )



Cuando quedamos embarazadas y empezamos a averiguar de qué se trata todo esto, nos encontraremos fácilmente con las propuestas convencionales: visitar al médico, someterse a las rutinas de controles y análisis clínicos, las famosas ecografías cada vez más banales que nos acercan la mirada a la vida intrauterina de nuestro bebe como si fuera una película, y la preparación para un parto en un establecimiento médico. Hasta ahí….casi nadie se altera. Todo parece normal. Sin embargo es una autopista con peaje, garantizándonos el encastre en la lógica del sometimiento.

¿A nadie le llama la atención que una mujer que ha hecho el amor con un hombre y que chorrea sexo, amor, fluidos y sudor, tenga que someterse a la asepsia de un consultorio medico que nada tiene que ver con “eso” que está gestando? ¿Acaso no es un desastre ecológico que las mujeres entreguemos nuestros cuerpos, nuestros tiempos de gestación, nuestros partos y nuestro amor a personas que tienen muchísimo miedo de las pulsiones vitales y de quienes no sabemos absolutamente nada, ni ellos saben de nosotras? ¿No es espantoso? ¿No es evidente que –alejadas de nuestro ritmo femenino intrínseco- nos viene fenomenal subirnos a cualquier pensamiento externo y creer cualquier cosa con tal de no contactar con nuestro ser verdadero?

Una embarazada saludable no debería estar en un consultorio médico esperando su turno durante horas para preguntarle a un desconocido cómo está una misma. No tendría que estar sometida a miedos equivocados. No tendría que llegar ignorante de sí misma a su propio parto. No tendría que salir de su casa para ir a ningún lugar a parir. No tendría que estar obligada a sacarse la ropa, o a no comer, ni a ser pinchada, ni tendría por qué recibir occitocina sintética, ni que otros determinen cuándo el bebe debería nacer, ni cuánto tiempo debería durar su parto. Tampoco nadie tendría que “presenciar” el parto. ¿Qué es eso de “presenciar”? ¿Acaso alguien “presencia” la escena cuando hacemos el amor? Si no estuviéramos congeladas, no aceptaríamos tactos vaginales realizados por personas que no conocemos y a quienes no les hemos dado permiso, ni ofreceríamos alegremente nuestros brazos para ser pinchados sin preguntar siquiera qué es lo que nos están inyectando. Por supuesto, tampoco consideraríamos que la cesárea es una práctica fantástica ni anhelaríamos que alguien nos corte con un bisturí para irnos rápido a casa. Todo esto es posible porque transitamos por autopistas convencionales y porque además, suponemos que no existen alternativas.

Que masivamente las mujeres atravesemos nuestros partos desconectadas de nuestras emociones y congeladas -incluso literalmente anestesiadas- es el inicio de la desconexión con el niño que va a nacer. Porque si no ponemos nuestra humanidad femenina en juego, el recién nacido percibirá el nido vacío. De ese modo continuará girando la rueda de la desesperación y la ira, y más tarde la necesidad de dominar. Lo que más me llama la atención es que a muy pocas personas les llame la atención. Sólo cuando participemos en las escenas del inicio de la vida con la fuerza arrasadora de nuestras pulsiones vitales, las cosas van a empezar a cambiar.
Laura Gutman.

martes, 7 de mayo de 2013

La Doula: Acompañando tu maternidad





Tradicionalmente, los conocimientos sobre los distintos aspectos de la feminidad se transmitían de madres a hijas o entre mujeres de una misma familia o tribu. Las niñas crecían viendo a otras mujeres parir o lactar. Las mujeres eran acompañadas durante las  etapas de la maternidad por otras mujeres de su entorno  que les ofrecían apoyo, las protegían y cubrían sus necesidades físicas y emocionales.


 El modo de vida actual, la movilidad laboral y la escasez de tiempo, ha reducido las grandes familias o comunidades a  núcleos más pequeños y aislados en los que las madres nos encontramos más solas y desinformadas en estos procesos.


Además debido a la industrialización y el “progreso” emergen formas menos naturales de vivir la maternidad.  El embarazo, el parto y la crianza  han dejado de ser una cuestión íntima y familiar , delegándose en profesionales o instituciones que, en ocasiones, hacen la mujer perciba estos procesos naturales como patológicos.  No es raro que las mujeres busquen hoy en dia ,  resolver sus dudas e inquietudes en libros, revistas y otras publicaciones o profesionales, a veces bastante alejados de lo que sus emociones o instintos les dictan.
Muchas mujeres se enfrentan a sentimientos contradictorios durante el proceso de convertirse en madres y, momentos que deberían ser de intensa felicidad se convierten en situaciones de tristeza o frustración. Otras veces desconocen los cambios que se producen  nivel físico y  emocional al convertirse en madres. Algunas  temen el momento del parto. Para otras este  no ha sido tal y como esperaban,  quedando en su alma una profunda herida ,que suelen ocultar  por  no recibir el apoyo y la comprensión que necesitan puesto que "ya tienen un bebé sano en brazos y eso debería compensarlas.

La mujer, que durante el embarazo fue objeto de múltiples atenciones, se enfrenta de repente a un postparto en el que pasa de ser cuidada a ser cuidadora. Su cuerpo cambia, necesita adaptarse y conocer a su bebé, así como que su bebé la conozca a ella, las hormonas están a flor de piel, a veces hay problemas con la lactancia y sobre todo, dudas, muchas dudas. En nuestra sociedad el postparto es prácticamente inexistente y la mujer recién parida, se ve obligada a sentirse bien para recibir visitas, recuperar rápidamente su forma física e incorporarse a la vida social y laboral como si nada hubiera pasado, cuando lo que necesitaría sería ser apoyada y sostenida para poder dedicarse exclusivamente a su bebé y a ella misma para poder recomponerse y reconocerse como madre.
Otro tema de vital importancia es el de las pérdidas gestacionales y perinatales, tan frecuentes y tan olvidadas. Un tema tabú que incomoda a la sociedad  y que hace que  las madres tienden a ocultar su dolor por miedo a los comentarios inoportunos o no ser comprendidas.


Bajo este contexto, la doula surge para recuperar esa figura ancestral de apoyo a la mujer. Es una persona capacitada para la ayuda durante todas las etapas de la maternidad.  No realiza ninguna tarea clínica, si no que   ofrece soporte continuo, información, apoyo emocional y físico a las mujeres y sus familias, durante el embarazo, parto  y postparto . Tambien puede acompañar en otros procesos como preconcepción o pérdidas gestacionales. 

 En definitiva, es una figura que surge para cubrir la necesidad de apoyo que antaño daban las redes de mujeres y que actualmente están emergiendo de nuevo con fuerza. La doula, desde el  amor y el  respeto,  ayuda a la mujer a  comprender sus emociones,  ante la gran revolución que supone la maternidad. La ayuda a confiar en su capacidad para parir, lactar y criar, proporcionando información y recursos para vivir una maternidad plena y consciente según las circunstancias y deseos de cada madre.


¿ Qué formación tiene una Doula ?

Actualmente, hay distintas formaciones en España que cuentan con excelentes profesionales para impartir los seminarios, pero ninguna está oficialmente reglada. Hay además asociaciones a nivel nacional, como la Asociación Española de Doulas o la Red cricular de Doulas,  que están trabajando para regular la profesión y establecer un código ético sin perder la espontaneidad y la individualidad de lo que cada doula en si es.

En la mayoría de las  formaciones  ,la doula adquiere  los conocimientos necesarios sobre diversos aspectos relacionados con la maternidad. Sin embargo no hay que olvidar que, tan importante,  o más que estos conocimientos, es el trabajo personal  y de sanación que haya realizado. Para acompañar a la mujer en una etapa tan importante y delicada como puede ser un embarazo , un parto , un puerperio o una pérdida gestacional, la doula debe haber  hecho un largo recorrido  interior,  trabajando sus propios miedos o debilidades q de manera que estos no afloren en el momento del acompañamiento.




" El valor de una doula radica en lo que es, más que en lo que sabe o hace " ( Michel Odent )


Independientemente  de los conocimientos básicos que toda  doula debe poseer, cada una trabajará con la madre según sus propias herramientas y formación.  De la misma forma,  el modo de acompañar dependerá de las necesidades de cada madre o familia en cuestión. Sin embargo, es necesario aclarar que las formaciones complementarias que la doula posea, son precisamente eso, complementarias y así debe aclarárselo a la mujer a la que acompaña para que no haya confusión en torno a las competencias profesionales.  Una doula debe ser   consciente de que su misión es acompañar y apoyar a la madre desde el cariño y la empatía, informándola  , sin emitir, juicios ni opiniones y respetando siempre las decisiones de la mujer con respecto a su maternidad, sin que esto suponga un perjuicio para otras actividades , no correspondientes a la profesión de doula, en las que se haya formado,  siempre con el consentimiento de la mujer a la que se acompaña.
Es muy importante que haya una intima conexión entre la mujer y la doula. En ocasiones ambas pueden no conectar y entonces el acompañamiento puede no resultar satisfactorio para ambas. En este caso, la Doula debería ser sincera con la mujer y consigo misma y no realizar el acompañamiento
Una doula debe además, ser consciente de su papel y no extralimitarse en sus funciones, sabiendo reconocer situaciones en las que sea necesario derivar a la familia al profesional correspondiente y  jamás interferir en el trabajo de los profesionales sanitarios.
¿ Porqué una doula si me puede acompañar alguien de mi familia?
La implicación emocional de una persona cercana a la madre puede interferir en el proceso. Son momentos en los que salen a la luz miedos, tensiones y heridas no sanadas que pueden afectar tanto a la madre como a su acompañante. La doula no suele tener implicación emocional y puede además servir de soporte a otros miembros de la familia


Por qué una doula si ya está el personal sanitario ?
Porque sus funciones son diferentes. No son excluyentes, si no complementarias. El personal sanitario tiene una excelente e imprescindible formación en atención médica, prevención de problemas y cuidado de la salud. Sin embargo, en muchos casos, las condiciones de trabajo,  les impiden estar al 100% pendientes de las necesidades emocionales de la mujer. En momentos tan delicados e íntimos  se requiere algo más que una buena asistencia médica. Apoyo emocional, amor, ternura, que si bien  muchos profesionales proporcionan, deben, además, estar  pendientes de prestar atención sanitaria y de atender a otras pacientes. Por el contrario, la doula está en exclusiva para la madre, acompañándola, si así se ha acordado, durante todo el proceso, sin interrupciones, sin tener que atender a otras personas y sin cambios de turno. Normalmente el trabajo de la Doula comienza durante el embarazo y entre ella y la madre, debe haberse establecido una relación de confianza . La doula conoce las necesidades y deseos  de la madre pudiendo actuar en consecuencia durante el parto y el puerperio. El personal sanitario, realiza una excelente labor, pero desgraciadamente, en el momento del parto, la madre no sabe quién la va a atender y, tener cerca a una persona conocida, con la que ha podido comentar sus miedos, deseos y,expectativas y en laque confía plenamente, resulta muy beneficioso.

Durante el puerperio, el personal sanitario se ocupa de cuidar la salud de la madre y de darle unas pautas sobre lactancia y cuidados puerperales. Pero una vez que terminan las consultas, la madre se encuentras sola ante la nueva situación e inmersa en un mar de dudas e incertidumbres. La doula, ofrece  información y soporte continuo en los diversos aspectos y dudas que puedan surgir relativas a la lactancia o crianza. Cuida de crear el ambiente adecuado para favorecer el vínculo mamá bebé y el adecuado descanso de ambos. Además, ayuda a la mujer a comprender el torbellino emocional que supone el convertirse en madre, poniendo nombre o normalizando los sentimientos y emociones que puedan surgir durante esta etapa. La doula está a disposición de la madre todo el tiempo que esta necesite y que hayan acordado previamente.

En qué puede ayudarte una doula:



Durante el embarazo:
*puedes comentar con tu doula todas las inquietudes y expectativas qué tengas sobre tu embarazo, parto y crianza y formas de llegar a ello.
*La doula puede ayudarte a reforzar el vínculo con el bebé.
*Puedes preparar un plan de parto junto a tu doula a consultar con tu matrona o médico
*La doula puede ayudarte a adquirir seguridad y confianza para vivir tu maternidad de forma consciente.



Durante el parto:
* Te acompaña desde el máximo respeto apoyándoos y ofreciéndoos soporte emocional.
*Vela porque se respeten ,siempre que sea posible, los deseos de la madre. Ayudando a crear un ambiente apropiado para ella y el bebe.
*Sugiere diversas posturas y formas naturales de aliviar el dolor en colaboración con el personal sanitario.
*Actúa de puente entre el personal sanitario y la madre, respetando la intimidad de esta
*Da apoyo y seguridad a todos los miembros de la familia.





Después del nacimiento:
*Facilita el contacto piel con piel y el establecimiento temprano de la lactancia materna.
*Mantiene el contacto con la madre para cualquier necesidad o consulta ayudando al restablecimiento de la normalidad en la familia
* Puede asesorar en lactancia materna u otras cuestiones relativas a la crianza.





En Pérdidas gestacionales o perinatales
La Doula  os  acompaña , os escucha, os respeta. Os ofrece su cariño y apoyo incondicional, durante todo el tiempo que la necesitéis.



Beneficios de la presencia de una doula:


Los doctores Klaus y Kenon realizaron en los años 70 un estudio pionero sobre los beneficios de la presencia de una doula durante el parto. Dicho estudio se llevó a cabo en un hospital público de Guatemala, con una elevada tasa de nacimientos, cesáreas y gasto farmacéutico. El estudio consistía en asignar aleatoriamente a las mujeres de parto, la compañía de otras mujeres que ya habían sido madres. Otras mujeres eran atendidas por el personal sanitario según el protocolo del hospital. El resultado fue que las mujeres acompañadas por otras madres, precisaron muchas menos intervenciones que las acompañadas por el personal sanitario. Posteriormente este estudio se repitió en Texas y los resultados fueron similares .
Según datos recogidos del estudio: A Doula Makes the Difference por Nugent, publicado en Mothering Magazine, March-April 1998), la presencia de  una doula puede suponer:
* 50% reducción en cesáreas
* 25% parto más corto
* 60% menos peticiones de epidural
* 40% menos uso de oxitocina sintética
* 30% menos uso de analgésicos
* 40% menos uso de fórceps
*Menos ansiedad y depresión post-parto.
*Mayor confianza con su bebé.
*Mayor satisfacción (un 71% de casos frente al 30% de los casos estudiados que no contaron con la presencia de una doula).
*Mayor probabilidad de una lactancia exitosa (52% frente a 29%).
¿ De dónde viene la palabra Doula ?


En la antigua Grecia la Doula era una esclava al servicio de la mujer y que probablemente la acompañaba durante el parto y la ayudaba durante e puerperio. Otros autores situan sus orígenes en el indi , lengua en la que la palabra Doula significa mujer experimentada.
La primera en utilizar esta palabra para referirse a mujeres experimentadas que ayudaban a las madres durante la crianza de sus bebés en Filipinas , fue la antropóloga Dana Raphael en su libro " ender gift: breastfeeding" ( 1973 ).  Pero fueron los investigadores Klaus y Kenel quienes extendieron este término a las mujeres sin titulación que acompañaban durante el embarazo y parto en sus investigaciones.

Fuentes:
 
 

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